Cual carne viva deslizándose en la herida,
tu recuerdo sentía.
Escribí los sentimientos cada día
llenando el vacío que llevaba dentro de mi,
sin darme cuenta morí de una y mil maneras,
pero al terminar me dí cuenta
que ya no dolías en el pensamiento.
No sé cuanto tiempo vague en el infierno
buscando el consuelo que había perdido
en tus besos. Morí y mis cenizas
al viento buscaron su tiempo
de volver a nacer. Aquí estoy, renací
en paz, soy yo de nuevo.
Rouss
Rosalina Santos
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