lunes, 29 de junio de 2015

SEGUIRÁ DOLIENDO...






¡Cuánta falta me haces
mi viejo, mi padre querido!
Hoy que visité tu tumba
me di cuenta que aún no puedo
superar que te hayas ido...

Se aprende a vivir con el dolor
del vacío y de la ausencia;
se va sobrellevando cada día
el saber que ya no estás;
el que platique contigo
y saber que ya no responderás...
¡Pero nunca podré superar
el querer el calor de tu abrazo,
y carecer de tu presencia!
¡Nunca podré superar
el necesitar de tu voz
un consejo, un regaño,
y que sólo responda el eco
del silencio y su inclemencia!
¡Nunca voy a superar
el ya no poder mirarte;
el ya no poder palparte,
incluso el ya no desesperarme
por aquella, tu gran impaciencia!

¡Duele padre mío, y dolerá
ya no verte llegar cada tarde,
de tu trabajo, sudoroso y fatigado!
¡Duele y dolerá que ya no estés;
y seguirá desgarrando el alma
ver esa cruz con tu nombre grabado!
Duele... ¡Y dolerá esta daga
que estará clavando mi corazón
hasta que llegue mi tiempo
y vaya a estar a tu lado!

Alibut Sarabia
Imagen de la red.

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