que retoñó tu injerto en mi ramaje;
que mi sangre incendiaria de poeta
ya es algo más que sangre;
que mis pies torturados por senderos hostiles
al recibir tus alas se citan con los ángeles;
para decirte, amor, estas noticias
ejerzo el periodismo de un sentimiento grande.
Llegaste por mi propio itinerario
espiritual, pero tallada en carne,
y, superior a Venus,
han logrado tus brazos aligerar mis tardes.
Para decirte, amor, cuánto te quiero
solicitan, exigen mis pulmones más aire,
porque este amor se grita con vocablos tan dulces
y a la vez tan audaces,
que me dejan maltrecho el corazón
los esfuerzos orales.
b&j
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