en esta penumbra que envuelve nuestros cuerpos,
entre estas cuatro paredes que son cómplices
de este sentimiento, que enmudecen
ante nuestros suspiros y la fuerza volcánica de la pasión,
mi delirio, me enardecen tus besos,
haciéndome tocar el cielo, y que los mismos
me arrastren al infierno, amándonos sin tabúes,
acoplándonos sin miedos, sin prejuicios contenidos,
solo tu y yo dando y recibiendo
con la misma intensidad en deseo y emociones...
Te deseo con locura contenida,
con locura desatada, con ansias pronunciadas,
que me arrebata la razón por dentro,
dejándome expuesta a tu llameante deseo del placer...
Rouss.
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