domingo, 31 de marzo de 2019
MADRIGAL ROMANTICO
Era un cautivo beso enamorado
de una mano de nieve, que tenía
la apariencia de un cirio desmayado
y el palpitar de un ave en agonía.
Y sucedió que un día
aquella mano suave
de palidez de cirio,
de languidez de lirio,
de palpitar de ave,
se acercó tanto a la prisión del beso,
que ya no pudo más el pobre preso
y se escapó; más, con voluble giro,
huyó la mano hacia el confín lejano,
y el beso, que volaba tras la mano,
rompiendo el aire se volvió suspiro.
Luis Gonzaga Urbina (México, 1864-1934)
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