Hay amores que solo se ven en los sueños,
si alguna vez te ha pasado, lee con atención,
quizá suene peligroso, pero tener un amor así,
puede ser más que amoroso, es buscar en la
oscuridad algo más que sus manos, es amar
espinas, que visten de caricias. No quieres irte,
por que diste tu vida, no sabes hasta cuando
y hasta donde, es que puedes aguantar.
Así es como ella cambio sus sonrisas,
por un septiembre en primavera, pensarás
que solo es un recuerdo, pero también fue su pasión,
un verano de locura, y muchas cartas en otoño.
Nadie se lo tiene que decir, pues su corazón no miente,
ella lo tenía claro, que nadie ocuparía su lugar.
Aun tengo el pendiente de corazón, que alguna vez
él me regaló, pero nada era mejor, que sentir sus manos
sobre mi piel. Es lo que escribió, entre sus cartas llenas
de insomnio, líneas bien acompañadas, entre lagrimas
de amor. Amaba morder sus labios, amaba su calor,
pero hoy no tengo nada, más que solo este dolor.
Decía aquella carta, ya casi por el final.
Han pasado ya diez años, y sus lagrimas ya están secas,
aunque parezca así de fácil, nada de esto nunca lo fue,
hoy comparte su sonrisa, con su mejor amiga, a quien amó
desde su primera cita, por quien lloró en un hospital.
Ella salió desde su vientre, para hacerla sonreír, hoy
su corazón no miente, pues ahora ocupa su lugar.
Hoy hacen maletas de sonrisas, para vestirse en carnaval,
van disfrutando de su mundo, que bordearon de colores.
Viven como colibríes alegres, disfrutando de cada flor,
libres por el mundo, como cada rincón de su gran amor.
By.
Jhordan Nieto.
©El sol y la luna.
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