Piedad para los chanchos
que se empacharon de margaritas
y murieron. La lucidez es para pocos,
se ha dicho. También la belleza
cuenta con más ciegos que ojos.
Piedad para los chanchos atragantados,
los que no pudieron bajar tanto incordio
de pétalos amarillos con un tinto.
Piedad, hermanos, piedad.
La caridad es un acto miserable.
Ahora mismo otro esclavo está pidiendo
que le agreguen un nuevo eslabón a su cadena.
_Máximo Ballester (Argentina)
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