viernes, 28 de septiembre de 2018
DIBUJÁNDOLA
Me aferro con un toque al poniente
abrazando de un exhalo tu imagen,
esperando que en el lapso la aurora
pierda al invierno y sus miedos.
¿Quién pudiera sosegar este vacilo
y condenar por cómplice a la soledad.
Cómo dirigirme a su horizonte y detallar
el llano camino entre su lienzo?
Escapo sin reserva a las miradas
hacia mil horizontes ausentes de ti
e intento con el infinito definir al pulso,
mientras me divulgo por tus sutiles montes.
En su esbozo, callada mujer
quiero rasgar sus vestidos
y que mis estribos rompan
del crepúsculo sus boreales moldes.
Quiero intercambiar suspiros
y bosquejarla en la conmoción del néctar,
crearla de cordeles y navíos sin timoneles;
dibujarla en el vacío como un terrateniente
para dormir día a día en sus volcánicas piruetas.
Darío Portillo
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