¿Quién sabe que hay detrás de cada alma, si no
nos miramos a los ojos ni paramos un segundo?
¿Quién reclama atención personalizada pero no
se pone jamás en otros zapatos para sentir en
su cuerpo en carne viva lo que al otro le pasa?
¿Quién se toma su tiempo para levantar
el teléfono y hacer esa llamada de confusas
distancias y de espacios hechos por no decir
nada? ¿Quién abraza al que la está pasando
mal, dejando de lado su ombligo orgulloso,
para darle calor a un corazón cansado que de
tanto andar se enfermo de pena y llanto?
¿Quién consuela y acompaña al que va
transitando un camino de púas que hieren
sus pies que sangran, como las mismas
lágrimas rojas que del corazón se derraman?
¿Quién va más hondo, más al fondo, dejando
de lado la estúpida superficialidad, el ego
agrandado, la billetera explotada, para escuchar
atentos al que sumido en su silencio quiere
decir todo pero no puede decir nada? ¿Será
que estos humanos nos estamos volviendo
trozos de hielo, que ya no creemos en nada?,
¿será que la fe se fue perdiendo con tanta
pavada y el corazón se volvió frío como
las mañanas heladas? ¿Será que soy la única
que sufre y a los demás no les pasa nada…
y me hundo creída en mi egoísmo agigantado?
Que despierten esos ojos para ver más allá
de las miradas, que los oídos se abran para
escuchar los gritos de dolor y soledad que
tanta gente grita sin siquiera abrir la garganta.
tanto andar se enfermo de pena y llanto?
¿Quién consuela y acompaña al que va
transitando un camino de púas que hieren
sus pies que sangran, como las mismas
lágrimas rojas que del corazón se derraman?
¿Quién va más hondo, más al fondo, dejando
de lado la estúpida superficialidad, el ego
agrandado, la billetera explotada, para escuchar
atentos al que sumido en su silencio quiere
decir todo pero no puede decir nada? ¿Será
que estos humanos nos estamos volviendo
trozos de hielo, que ya no creemos en nada?,
¿será que la fe se fue perdiendo con tanta
pavada y el corazón se volvió frío como
las mañanas heladas? ¿Será que soy la única
que sufre y a los demás no les pasa nada…
y me hundo creída en mi egoísmo agigantado?
Que despierten esos ojos para ver más allá
de las miradas, que los oídos se abran para
escuchar los gritos de dolor y soledad que
tanta gente grita sin siquiera abrir la garganta.
Que volvamos para nuestro centro,
olvidando nuestro cuerpo imperfecto
escondido en ropa ajustada para aparentar
felicidad y supremacía cuando en realidad
no somos nada. Que seamos pedazos de
cielo, más transparentes, más verdaderos,
aceptando la imperfección y los errores
y haciéndonos cargo de lo que herimos
y también curamos. ¡Que tanta palabrería
y tanto discurso ridículo que no dice nada!,
porque no mirarse a los ojos, hablar largas
charlas, dejar los rencores y seguir viviendo
la vida que como ráfaga que pasa…
Amemos más, olvidemos heridas viejas,
cielo, más transparentes, más verdaderos,
aceptando la imperfección y los errores
y haciéndonos cargo de lo que herimos
y también curamos. ¡Que tanta palabrería
y tanto discurso ridículo que no dice nada!,
porque no mirarse a los ojos, hablar largas
charlas, dejar los rencores y seguir viviendo
la vida que como ráfaga que pasa…
Amemos más, olvidemos heridas viejas,
borremos panzas idolatradas, vayamos
adentro, donde el corazón y el alma
explotan eligiendo a quién nos quiere
y a quién amamos para pasar nuestros
momentos. Queramos más, peleemos menos,
que el Cielo sea testigo de buen amor
y también de malos egos muertos.
adentro, donde el corazón y el alma
explotan eligiendo a quién nos quiere
y a quién amamos para pasar nuestros
momentos. Queramos más, peleemos menos,
que el Cielo sea testigo de buen amor
y también de malos egos muertos.
Que lo que nos pasa, pase...
Ambar y vos
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