Después de su partida ella siguió amando
su recuerdo. Las tardes a la orilla de la playa,
el arrullo de la olas y la suavidad en que tocaban
sus pies, el calor del señor sol.
Escuchaba las mismas canciones, iba
Si tan solo él hubiera sabido lo que ella lo amaba quizás
En su memoria habitaba cada uno de los segundos
Ale Barajas
Recuerdo
Noches de soledad
68-72-17
Escuchaba las mismas canciones, iba
a los mismos lugares, como si una parte de él
siguiera latiendo escondido por ahí. No podía
olvidar lo profundo de su mirada, las caricias
de sus manos, la suavidad de sus labios.
Amaba su recuerdo. El recuerdo de un hombre
Amaba su recuerdo. El recuerdo de un hombre
que en poco tiempo había cambiado su vida.
Quién le había devuelto el deseo de vivir, quién
la había sacado de esa tumba fría llamada "Soledad".
Si tan solo él hubiera sabido lo que ella lo amaba quizás
hubiera sido suficiente para no irse. Para prolongar
ese último beso hasta la caricia de un nuevo amanecer
donde los cuerpos se confundiesen.
En su memoria habitaba cada uno de los segundos
que compartieron su alma, los "te amo" desbordados,
los besos que robaron uno al otro en medio de sonrisas,
la sensación de paz que tanto anhelaban sus corazones.
El irse no lo alejó por el contrario, ella lo cobijó
El irse no lo alejó por el contrario, ella lo cobijó
en lo más profundo de su alma, en ese rincón donde
nacen los latidos que regalan vida, que ofrecen consuelo,
que hace que algunos seres que tuvieron la fortuna
de haber sido amados, no perezcan.
Ale Barajas
Recuerdo
Noches de soledad
68-72-17
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