lunes, 6 de febrero de 2017
BUSCANDO LA PAZ
Me han puesto cadenas, mientras soñaba
un prado verde, lleno de ganado
con gente lista para la cosecha;
niños hambrientos y gente indigente,
eran sólo fantasmas de mi mente.
Desperté, los rayos del Sol en mí
saludaban, recuerdos que llegaban
de otros amaneceres, los tobillos
sin grillos, transitando libremente
por calles donde el canto de los niños
era la música de la estación.
Me han puesto una mordaza, no contentos
de haberme extirpado en seco la lengua,
me han prohibido hablar a los señores,
aquéllos grandes feudales con perros,
verdaderas fieras, hambrientas, sueltas;
mientras ovejas mueren en silencio.
Arrojaron lo que había quedado
de mi carne cuasi pútrida, pero
aún viva, al oscuro calabozo.
Entre el último amanecer, mi ser
espiraba en el aire la palabra
prohibida, por la que ha perecido,
perdida la libertad, encontrándola
al final, la tan añorada: paz.
©Mabel Coronel Cuenca
Imagen tomada de la red
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