¿Cuántas veces te vi pasar
y tuve que aplastar el impulso
de perderme entre tus brazos?
¿De desfallecer en tus labios
mientras el tiempo era nuestro,
ante alboradas y sin ocasos?
Y hasta osé preguntarme
"¿Qué tanto me necesitas?",
tentando otra vez a la realidad...
¡Estúpida locura! ¡Lerda razón!
¿Por qué escondes de tu destino
lo que tus ojos ven con claridad?
Y quizá los ojos puedan engañar,
pero cuando tiembla el alma
¿Cómo decir que no es posible?
Y mi alma tiembla tu ausencia;
y el invierno de tu indiferencia
es un manantial inmarcesible...
Alibut Sarabia
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