Es una noche como tantas, entre las sábanas
se pueden ver la siluetas de dos seres que se
entregan en un amor que sólo les deja vacío.
La luz de una vieja vela dibuja sombras
en una pared que antes guardaba sonidos
de suspiros y palabras de amor, que hoy
no existen. Él ya no la mira y ella sigue
el juego que tienen hace tantos años,
sonrisas fingidas, silencios prolongados,
abrazos que congelan el corazón.
Él la besa sin poner en sus labios su alma,
ella lo acaricia con su pensamiento ausente,
los dos se miran y saben en el fondo
que se mienten. No hay vela que encienda
el amor que se ha dejado apagar por las rutinas,
los deberes y los años. Nada es igual, nada.
Mañana por la mañana se miraran a los ojos
y no encontraran más que un reflejo roto
de lo que un día fue, de lo que ya no es,
de lo que no volverá a ser. La vela
que iluminaba sus eternas noches de amor,
hoy es un triste recuerdo de lo que un día pasó.
- Ale Barajas
La vieja vela
Noches de Soledad
19/50/15
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