
¿Qué piel adivina tus manos?
¿Qué tibieza, tus dedos devora,
y se queda pegada en ellos
hasta que, sutil y audaz,
los domina y los enamora?
¿Qué besos son los que beben
el sabor dulce de tus labios?
¿Qué avidez extrae de tu lengua
las mieles y la ambrosía,
para desterrar sus resabios?
¿Qué vientre devora tu esencia,
llena de tu inigualable frenesí;
aquel que me llevaba al deleitoso
y arrebatador martirio,
cuando vibraba dentro de mí?
¿Qué susurro entra en tus oídos
para incitarte a olvidarme?
¿Qué osados y extremos placeres,
de tu inhalar-exhalar, y de tus
latidos, pretenden arrancarme?
¿Qué alma intenta penetrar
tu alma, que sigue siendo mía?
¡Porque aunque estés en mil pieles
y beses millones de labios,
sé bien que me amas todavía!
Y ni el tiempo, ni la distancia;
ni destino, ni azar, ni suerte
harán que dejemos de amarnos...
¡Estaremos tatuados uno en el otro
aún después de nuestra muerte!
Alibut Sarabia
No hay comentarios:
Publicar un comentario