Tú quieres tranquilidad,
pero el mundo parece no querer ofrecértela.
Parece que siempre las personas
que te rodean se empeñan
en fastidiarte el día
¿No es cierto?
Nadie puede estropear el día de Buda.
Buda amanece en calma y, de la misma manera,
se irá a dormir.
En buda no existe la ira, el rencor, el odio.
Actúa siempre desde su centro.
Da igual lo que le digas o hagas,
no lo alterarás nunca.
La felicidad de un buda, de un Jesús,
es una dicha no motivada, es decir,
no tiene motivo alguno, es feliz en sí mismo.
Nosotros buscamos la felicidad en amantes,
en discotecas, en loterías, en piropos, etc. s
iempre nos fijamos en lo externo.
Sonríe sin motivo y permanece en ese estado,
suceda lo que suceda.
Si lo haces... es que lo has entendido.
Fragmento del libro:
EL PODER DE LA CONCIENCIA Y DE LA RECEPTIVIDAD. PERMITIR QUE LOS MILAGROS SUCEDAN.
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