
...Y me hice una guarida
a la vera de los besos que no me diste;
y fabriqué un refugio fiel
con cada una de las caricias
que en mi piel, nunca viviste...
Y justo ahí y sólo en ese lugar
se acurrucan, mi sentir y mi palpitar;
de ahí se alimenta mi vientre,
y los sueños de mi alma...
Y se blande la espada de tus recuerdos
que no dejan de sangrar,
y que no me dejan claudicar...
...Y tus labios, tus ojos y tu pecho
siguen siendo mi distante ambrosía
desde que te fuiste...
Poeta eviterno ¿qué fui para ti?
En este absurdo devenir
donde vivo una vida que no existe
y donde muero sin morir,
desvanece ya la incertidumbre
y dime... Tú por mí ¿qué sentiste...?
Alibut Sarabia
Imagen de la red.
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