que salieron del abismo de la pena,
y con tu consuelo abierto y palpitante
forjaras con sangre y pasión otro fulgor.
Habré de vivir sosiego claro ahora,
y serán nubes blancas como alfombras
de algodón donde repose mi alma,
por ti vivo brote de esperanza,
por ti respiro fecundas ráfagas
sedativas y ensoñadas.
Algún día tendrás que ver mis manos,
que eran surcos llagados de dolor,
lineas de caminos tortuosos
que torcerás en el ultimo recodo,
cuando casi habré dejado de creer.
moldeare con mis fuerzas renovadas,
prados verdes con aire de descanso.
Noches serenas donde escuchemos
las historias que nos trae el viento.
Algún día tendré que ver tu llegada,
y ahí comenzare a construir presto,
nuestro semillero de ilusiones.
Algún día llegaras....no importa de donde.
Carlos Brid
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